Orden del Temple
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Normas de los Templarios

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Mensaje  Caracortada Dom Mar 08, 2009 4:33 am

La Regla de los Templarios


I.-La vida fuera de la Orden

Un Templario dedica su vida a la Orden, pero fuera de las encomendaciones de la Casa, puede vivir una vida normal, puede tener familia e hijos, por el bien de dejar a un hijo en este mundo que nos supla cuando nosotros abandonemos este lugar para ir junto a Dios. Puede desempeñar cargos públicos, siempre y cuando no contradiga ninguna Regla de los Templarios, ni el Código de los Templarios, teniendo en cuenta que es un Templario y que debe su vida a la Orden, debe dejar en primera prioridad los fines y deseos de la Orden y Dios, así como los deseos del Papa. Prevaleciendo estos siempre, antes que los otros en caso de enfrentamiento.


II.-¿Como se recibirán Caballeros?

Si algún señor o señorita quiera elegir nuestra Casa como su Casa, no se recibirá y punto, sino probar primero si es de espíritu puro, humilde y generoso, y así probados se les conceda, y se lea en su presencia las Normas y el Codigo. Necesitara dotar de voto de confianza del Maestre, tras la propuesta de este, o de dos Caballeros, o de tres Sargentos. Entonces, si el Maestre, y Hermanos tuvieren a bien el recibirlo, entraría en la Orden, habiendo demostrado a juicio del Maestre, su vida de Honestidad, Humildad, Nobleza, Cortesía y Caballerosidad.


III.-El vestir

El vestir es algo de suma importancia, siendo recomendado, pero no obligado.

Los Caballeros, deberán llevar al menos un tabardo blanco. Siendo lo ideal, manto blanco, con cuello y capa roja, y sin tabardo.

Los Sargentos, deberán llevar al menos un tabardo negro. Siendo lo ideal, manto negro, con cuello y capa roja, y sin tabardo.

Siendo obligatorio ir vestido de Templario en las villas y ciudades, y en los caminos si se fuese de misión en nombre de la Orden del Temple.


IV.-Las armas

Mandamos a todos los Caballeros y militantes, portar en todo momento su Espada y Escudo. No pudiendo ser nombrado mas que sirviente, si no las tuviere.

V.-Afán de superación de si mismo

Un templario debe superarse cada día en el afán de poder servir con lealtad y totalidad a los fines de la Orden y nuestro señor. Para ello se compromete a mejorar su fuerza en la medida de sus posibilidades económicas, pero siendo siempre un objetivo a cumplir.

No debe sentir envidia ni deseo de ser cualquier Hermano, pecado es, y castigado por Dios sera. Tampoco por ser mas fuerte, se es mejor Templario, pero siendo fuerte se puede uno enfrentar mejor a las adversidades que el diablo siembra en nuestro camino y poder servir mejor a la Orden y a Dios.


VI.-Defender nuestra tierra

Mandamos a todos los Caballeros y militantes, como en nuestro código cita “debe ser un verdadero patriota hacia la tierra que Dios le ha dado”, defenderemos la ciudad en la que vivimos con nuestro esfuerzo, y con nuestra espada y vida si fuera necesario, en las medidas que el Maestre estime oportunas. Defendiendo el poder en grupos y turnos establecidos por la Orden.

VII.-Defender a los peregrinos

Mandamos a todos los Caballeros y militantes, defender, proteger, escoltar, ayudar, amparar y ofrecer todo tipo de ayuda a los peregrinos que transiten por los caminos, sin buscar ningún beneficio a cambio y ofreciéndose voluntariamente.

VIII.-Ante quien respondemos

Respondemos ante el Maestre, quien responde solo ante el Papa, emisario en la tierra de nuestro señor. Respondemos ante la justicia, la verdad y la palabra del altísimo, defendiéndola con nuestra vida. Debemos respeto ante Reyes y Obispos.

IX.-Si deseáis andar solos

Ya seas Caballero, Sargento, Escudero o Sirviente no se atrevan a andar, ni de día, ni de noche solo sin ningún otro hermano. Y en el caso que fueren hospedados, ningún Caballero o Sargento, o otro, ande por los patios de los hospitalarios señores con el motivo de verlo, y de hablarle de las misiones del Temple, sus actuaciones, o sus miembros, sin licencia. Y aconsejamos, que en tal Casa, como ordenada por Dios, ninguno descanse, sino es por el mandado del Maestre, a quien incumbe, para que imite la sentencia de el Señor: No vine a hacer mi voluntad, sino la de Jesu-Christo, que me envió.*

*: Norma total RP.


X.-Si deseáis andar por el Lugar, o Villa sin licencia del Maestre

Por lo mismo mandamos, y firmemente encargamos a los Caballeros y a los demás que le sirven por tiempo (Sargentos, escuderos y/o sirvientes), que sin licencia del Maestre, o otro que esté en su lugar, no presuman salir de la Ciudad, sino es a la mina y al alba estar de vuelta.

XI.-De la licencia del Maestre

Debe el Maestre dar caballos a cualquiera, o armas, o cualquier otra cosa, dentro de las posibilidades de la Casa.

XII.-Como se han de recibir los Caballeros

Mandamos a todos los Caballeros, que desean servir a Dios con pureza de ánimo, y en esta misma Casa, durante un tiempo, que compren caballo, y armas suficientes para el servicio cotidiano, y todo lo que fuere necesario. Todo lo que necesitare dicho Caballero para sí, caballo, espada o escudo, se lo de dicha Casa, con fraternal caridad, siempre que este entre sus posibilidades; y si el Caballero, por alguna causa, se le muriese el caballo, se le rompiera la espada, o partiera el escudo, en este servicio, el Maestre que tiene el mando, y rentas de la Casa, o cualquier caballero, le dará otro, y al tiempo de volver de la misión, dará la mitad del precio de lo que costó el caballo, espada o escudo que se le dio, y la otra mitad la pondrá el común de los Hermanos, si el Caballero quisiere no pagara su totalidad.*

*: Para estos actos castigados por la ley, llamados especulación, se deberán tener permiso especiales e individuales del CdC o gobernador regente del lugar.


XIII.-Que ninguno por su nombre pida lo que necesita

Mandamos escribir esta costumbre entre las demás, y con toda consideración la mandamos, pues ningún Hermano debe pedir por vicio ni para si, ni para el temple, ya que la donación es mera voluntad y pura fe en Dios del donante, si al caballero o militante algo le faltare, el andar así sea daño común, venga al Maestre, o a otro que haga su vez, y demuestre la causa con verdadera, y pura fe, y que esté en la disposición de el Maestre la cosa, y determinación. Y el maestre dentro de sus posibilidades y de la orden hará lo conveniente.

XIV.-De los frenos, espuelas y el lujo

De ninguna manera queremos sea deseo de ningún Hermano comprar, ni traer oro, o plata, que son divisas particulares, en los frenos, pectorales, estribos, y espuelas, pero si estas cosas les fueren dadas de caridad, estos instrumentos usados, el tal oro, o plata se le de tal color, que no parezca, y reluzca tan espléndidamente, que parezca arrogancia; si fueren nuevos los dichos instrumentos, se hará lo que el Maestre quisiere.*

*: Norma total RP.


XV.-Del logro, o aceptación

Si alguna cosa, sin logro, siendo un logro la entrega de una ofrenda por gratitud de un servicio, fuera dada de gracia, a algún Hermano, llévela al Maestre; si al contrario, su amigo, o padre no quisiera darla sino a él, no la reciba hasta tener licencia del Maestre, y si le fuere dada a otro no le envidie, y tenga por cierto que si le envidia ofende a Dios: en esta Regla no se contienen al Comendador de Tierra, ni el Maestre, ni los Comendadores Territoriales.

XVI.-De la confabulación de las propias culpas

Mandamos a todo Caballero o Militante de la Orden que ningún Hermano diga las estupideces que en su vida, o en el servicio hizo, o los deleites que con las mujeres o hombres tuvo. Que no se atreva a contarlas a un Hermano, o a otro alguno; y si las oyere a otros hablar, enmudezca, y no entable discusión, aunque el locutor no muestre buen corazón, y demuestre maldad e incluso falsedad.

XVII.-Que al Diablo siempre se hiera

Es deber de los Hermanos el poner nuestras armas por las de nuestros Hermanos, y extirpar de la tierra a los bandoleros, asaltadores, agresores y todo aquel poseído por el demonio portador de malas intenciones. Porque del Libro Sagrado leemos lo siguiente: “Por que él anda circulando buscando a quien devorar”, y en otra parte: “Sus manos contra todos, y las de todos contra él”.

XVIII.-Que a los enfermos se les de todo lo necesario

Mandamos, de los Hermanos enfermos y hambrientos, que a estos se les de todo lo necesario para la sustentación de las enfermedades y la hambruna, según las facultades de la Casa y/o de los Hermanos; carnes, pan, maíz, etc. , hasta que estén buenos.

XIX.-De las leves, y graves culpas

Si algún Hermano hablando, o militando u de otra forma delinquiere en alguna cosa leve, él mismo debe a su voluntad mostrar su delito al Maestre. De las leves, si no son de costumbre, se le pondrá penitencia leve, pero si él la callase, y por otro fuere conocida, se atendrá a mayor corrección, y castigo. Si el delito fuere grave, sea apartado de la familiaridad de los Hermanos: no coma con ellos a la mesa, sino solo. Estará a la dispensación, o juicio del Consejo y del Maestre.

Si fuera leve e informado de propia voluntad al Maestre, habrá de rezar plegarias a Dios por su perdón, y trabajos en favor de la Orden y de los necesitados, según mande el Maestre o si este lo dispusiese, el Consejo.

Si fuera leve, y el la callare, deberá rezar plegarias a Dios por su perdón, y hacer aquello que el Consejo de la Orden así estipulase.

Si fuera grave, o leve reincidente, e informo de propia voluntad al Maestre, deberá rezar plegarias a dios en busca de su perdón, y quedara a juicio del Consejo de la Orden, quien decidirá su castigo.

Si fuera grave, o leve reincidente, y él la callare, deberá rezar plegarias a Dios por su perdón, y quedar a juicio del Consejo de la Orden, quien decidirá su castigo, estudiándose severamente la expulsión de la orden, ya que el encubrimiento de la verdad es igual que mentir, y un templario lleva la verdad de Dios a cada rincón de cada hogar.


XX.-Por qué culpa no se reciba mas al Hermano

Ante todas cosas se ha de mirar, que ningún Hermano rico, pobre, fuerte, o débil, queriendo encubrir su culpa, no quede sin castigo; y si no quisiera rectificar y aprender de su error, se le de mas grave corrección, y si tras advertencias, castigos y oraciones pidiendo perdon, él no se corrige todavia, sino que empeora su comportamiento, y aun mas intenta encubrir su culpa, entonces sera juzgado por el Consejo y el Maestre tomara la decisión oportuna. Es necesario, que toda oveja negra se arroje fuera de la compañía de los Hermanos fieles. Pero el maestre debe ser sabio, y no cebarse con los castigos, ni ser demasiado suave, ya que como dice en el Libro Sagrado: “que la suavidad no de mayor soltura al pecador, y que la inmoderada severidad no aparta al delincuente de la caída”.

XXI.-Que se necesita para la cama

Duerman siempre con camisa, y calzoncillos; y estando durmiendo los Hermanos, nunca falte luz, que alumbre continuamente hasta el amanecer . Mantengan la espada cerca, como por ejemplo debajo del almohadón, y toda su atuendo preparado por si antes del amanecer fuera menester.*

*: Norma total RP.


XXII.-Que se evite la murmuración

También os mandamos, que evitéis, y huyáis de las emulaciones, envidias, rencores, murmuraciones, detracciones, y otra cualquiera cosa de estas. Procurar cada uno pues, con animo vigilante no culpar a su Hermano. Como dice el Libro Sagrado: “No seas criminoso, ni murmurador en el Pueblo”. Pero si conocieres claramente que su Hermano pecó en algo, pacíficamente, y con piedad, has de reprenderle privadamente; y si no hiciere caso, llame a otro Hermano para el mismo efecto, y si a ambos os despreciase, deben informar al Maestre, quien tomara las medidas oportunas.

XXIII.-Del honor de ser siervo de Dios

Mandamos, que todo militante de la Orden debe ser consciente del honor que tiene de ser parte de tan honorable institución al servicio de los demás y de los deseos de nuestro señor. En muestra de ello, deberá portar la Cruz Templaria en su firma y su rango en la institución. Así mismo debe constar en su perfil, como encabezamiento de este, su pertenencia a la Orden y rango.

XXIV.-Del comportamiento con espada en mano

Un templario jamas debe usar su espada con ira o sed de venganza, debe usarla en nombre de Dios y como tal, debe hacerlo buscando la justicia y la verdad, y acabar con la vida del otro solo si es necesario.

XXV.- La dedicacion de los miembros del Consejo de los Templarios

Todo miembro del Consejo de los Templarios, no podra desempeñar cargo publico alguno, ni pertenecer a ninguna organizacion de cualquier indole militar. Para evitar asi problemas futuros y poder dedicarse de esta manera plenamente a la Orden, ya que recae una gran responsabilidad sobre esta persona.
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